Dos intentos nos costaron poder disfrutar de los manjares de
esta hamburguesería.
En el primer intento llegamos a las 16 cuando ya estaba
cerrada la cocina, a si que tuvimos que volver otro día para poder ser
atendidos, y es aquí donde comienza la crónica:
Al llegar, nos sentamos y un detalle muy de agradecer y muy
original, hosteleros, tomen nota, antes de preguntar ni lada, simplemente el camarero
se nos acercó y nos puso en la mesa un vaso de agua a cada uno, para poder
hidratarnos, después de esto a los 5 minutos ya vino a preguntar que queríamos de
beber; detalle +1.
Las bebidas son botellas de coca-cola de 350cl. Cosa que los
sedientos como yo agradecemos.
Nos pusimos a ver la carta y nos decantamos por unos aritos
de cebolla y unos nachos como entrantes, ambos dos sublimes, los nacho muy
buenos, mucha cantidad (pedimos media ración) y muy bien preparados, pero los
aro, IMPRESIONANTES, si venís a este restaurante, tenéis que probarlos.
Llegó la hora de las hamburguesas, pedimos 3 barbacoas (especialidad
de la casa) y yo una con chili con carne. La presentación es buena y las
patatas con las que se sirve, caseras. En mi caso la hamburguesa la pedí como a
mí me gusta, poco hecha, y el toque fue perfecto. En resumen podemos decir que las
hamburguesas estuvieron muy bien.
A la hora de los postres estábamos llenos y no pudimos pedir
nada por tanto deberemos volver para poner nota en este aspecto.
En cuanto a precios nos parecen precios razonables pero un
pelín caro a comparación de restaurantes similares, pero merece l apena probar,
juzgar vosotros mismos.
Resumiendo en general todo muy bien, sobre todo los entrantes
y el toque de la carne, es un sitio muy recomendable, pero antes de ir,
consultar los horarios.
Punto positivo: El vaso de agua del inicio y los entrantes.
Punto negativo: Igual es un pelín caro.
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